viernes, 30 de abril de 2010

EL ASTRÓLOGO COMO CIENTÍFICO, COMO ARTISTA, Y COMO SACERDOTE-MAESTRO - en you tube -



CAPÍTULO I

EL ASTRÓLOGO COMO CIENTÍFICO, COMO ARTISTA, Y
COMO SACERDOTE-MAESTRO

en you tube, desde aquí
 https://youtu.be/RJP9Glj2-As

Los símbolos del círculo, sus cuadrantes, los signos zodiacales, los planetas y sus aspectos deben sobrentenderse como símbolos de las esencias de la vida, de sus propósitos y funciones, para que la astrología ocupe su puesto legítimo en la familia de las Iluminaciones. El acercamiento que considera todo lo escrito en la astrología como esencialmente malo, hace relativamente imposible el cumplimiento adecuado de la labor constructiva; además, semejante acercamiento corresponde a las verdades astrológicas tanto como la versión cristiana del “infierno, el fuego y la condenación” a las enseñanzas sencillas y luminosas de Jesús.
La palabra filosofía significa “amor a la Sabiduría” y son muchos los senderos del hombre hacia el logro de la comprensión. Como la astrología es uno de los senderos principales para la humanidad adquirir la iluminación, ofrecemos este material para que los estudiantes alcancen un reconocimiento más claro de los tres senderos que hasta cierto punto deben atravesar y que tienen que atravesarse si es que ellos han de cumplir sus propósitos como “Astro-Filósofos”.
La rueda del horóscopo y sus “ingredientes vibratorios” contienen los secretos esenciales de toda clase de patrones del hombre - y en todos los grados y niveles -. El progreso de la rueda, desde el ascendente a la duodécima casa - en dirección contraria a las agujas del reloj - pone al alcance de nuestro entendimiento, el “hacia adelante y hada arriba” del desarrollo evolutivo tal como éste expresa la canción de “YO SOY” en los cuatro cuadrantes. La “Triunidad” Cósmica se manifiesta físicamente por lo que usualmente llamamos las “tres dimensiones” de largo, ancho y altura; pero ninguna de estas tres puede manifestarse sin las otras dos. Esta triunidad de una dimensión física compuesta tiene su correspondencia astrológica en la triunidad de la división de cada cuadrante de tres casas; los cuatro cuadrantes se ve entonces que expresan la totalidad de la rueda en doce casas - cuatro niveles dimensionales triunos de conciencia y desenvolvimiento. Ésta es la representación simbólica del “Progreso de los Peregrinos”.
Entonces, como el patrón de la rueda de doce casas describe el progreso fundamental de todo desenvolvimiento humano, se desprende naturalmente que sus símbolos pueden referirse a nuestras experiencias como astrólogos. En otras palabras, ciertas facultades y cualidades especializadas de la conciencia, en combinación, abarcan la “parte de astrólogo” de nuestro ser y por cierto número de encarnaciones esta región de la conciencia es ejercitada en determinada forma como un factor en nuestro desenvolvimiento.
Nuestra “conciencia astrológica”, debido a sus especializaciones, puede compararse a una “sub-entidad” en la entidad de nuestra conciencia compuesta - semejantemente, por decirlo así, al “amarillo” o “púrpura” como sub-entidades en la entidad vibratoria compuesta que llamamos “color”. Cada sub-entidad tiene, por supuesto, sus divisiones principales y éstas, a su vez, sus miríadas de expresiones variantes. Así también sucede con la rueda y los signos por su división en decanatos, grados, minutos y segundos.
La “parte de astrólogo” de la conciencia humana es un compuesto de aquellos factores que hacen de nosotros un científico, un artista, o un instructor sacerdote. Así como las vibraciones de color cardinales están enlazadas entre sí por sus gradaciones, del mismo modo estos tres correlativos humanos se funden entre sí para formar el “espectro” de la conciencia astrológica. Todas las personas que trabajan en la astrología pueden tender hasta cierto punto, a alinearse esencialmente en una de las tres clasificaciones; pero nosotros debemos llegar al punto de “sintetizarnos” con las tres para que el “capítulo de desenvolvimiento” astrológico sea completo y bien terminado.
Las significaciones fundamentales de las primeras casas contienen los secretos de los tres cuadrantes restantes, el segundo, el tercero y el cuarto cuadrantes siendo “extensiones” del primero. Nos parece que mediante la consideración “radiológica” del primer cuadrante podemos revelar el secreto de estas cualidades y capacidades de la conciencia humana, las cuales definen, en expresión especializada, nuestro “ser astrológico” - cuya suma total representa a la humanidad como “astro-filósofo”.
Primera Casa: El Ascendente de todo horóscopo; el primer grito de “YO SOY”; la envoltura física que instrumenta a la conciencia; la conciencia del ser y de la manifestación física; la conciencia de la “seidad” de todas las cosas; la conciencia exotérica que identifica a la humanidad como un factor en el universo manifestado; en el principio, el hombre percibe esta manifestación como forma exterior a si mismo: subsiguientemente, en el desenvolvimiento de la crisálida de la conciencia de la primera casa, él percibe la “multidimensionalidad” de la vida por la percepción y la realización “esotérica” o “subjetiva”.
Como expresión de la primera casa, el astro-filósofo es “astrólogo como científico”.
Su acercamiento al asunto esta basado en el deseo de comprender la expresión física de la vida desde una base diferente de cualquiera que haya tenido antes. Como su atención está enfocada en la forma, él presta, naturalmente, atención cuidadosa a la cualidad y a la
medida. Él se entrena con exactitud escrupulosa en los cálculos matemáticos envueltos porque éstos son la forma esquelética sobre la cual han de desarrollarse sus habilidades interpretativas. Además, él trata de descubrir los secretos de los símbolos abstractos conforme ellos sirven para delinear los procesos por los cuales se manifiesta el Mundo Físico. El reconoce que la humanidad funciona por medio de sus principios especializados así como funciona una máquina, de acuerdo con sus principios mecánicos. El estudia acontecimientos según ellos representan el “lado de la forma” de patrones astrológicos en acción. El estudia su propio mapa en términos de la sincronización del acontecimiento con el aspecto; en los estados de desarrollo temprano, él identifica sus aspectos relacionándolos con la acción vibratoria fuera de sí mismo.
Puesto que él es una “expresión de la primera casa”, el astrólogo es el pionero astrológico. El es el que abre el camino en el sentido de “proyectar” la conciencia de verdades astrológicas sobre su círculo de relaciones y asociaciones. Él es un “estimulador” que trae conocimiento de un “tema nuevo” a su esfera inmediata o al mundo en conjunto.
Los desenvolvimientos del astro-científico están indicados por la primera casa del segundo y tercer cuadrantes; esto es, la cuarta y séptima casas. A través de estos capítulos es que el astro-científico comienza a desarrollar su conciencia subjetiva, porque en estos niveles, él debe volver sus “ojos astro-científicos” a los mapas de aquellos hacia quienes es atraído en patrones de familia y en patrones de relación. El carácter científico de su acercamiento lo impele, naturalmente, a buscar la comprensión de los mapas de aquellos más cercanos y queridos por él en la relación personal. El astro-científico falla en este punto si permite que su conciencia astrológica sea perturbada y deformada por sus sentimientos hacia los mapas - y sus contextos - de aquellos cercanos a él. Su parte científica, objetiva, no emocional, debe ser entrenada y disciplinada para adherirse a su propia verdad, sin tomar en consideración los sentimientos que él tenga hacia la persona cuyo mapa está estudiando. La astro-filosofía, en esta forma, demuestra su valor como “impersonalizador” de la naturaleza de deseos; ella hace posible una técnica por la cual la mente puede entrenarse a “ver claramente” a pesar de las demandas de la naturaleza de deseos; como astro-filósofos todos debemos adquirir y mantener este acercamiento científico impersonal con respecto a todos los mapas.
En la expresión de su décima casa el astro-científico completa sus estudios incluyendo la comprensión de muchos, sino de todos, de los patrones de interpretación. El estudia la astrología horaria, los mapas de naciones y gobiernos, grupos, instituciones y sucesos pertenecientes a mucha gente junta. Él estudia astro-biología y astro-diagnóstico; él sabe algo de cómo los diferentes sistemas presentan el asunto.
En otras palabras, su carácter científico se extiende en alcance de acción para incluir la comprensión de los elementos esenciales vibratorios a toda clase de manifestaciones de la vida objetiva de la humanidad. El astro-científico que mantiene su interés en el asunto sin comercializarlo, tiene la mejor oportunidad de desenvolverse en forma rítmica y natural.
Segunda casa: Regida abstractamente por Venus, la segunda casa es el correlativo femenino de la primera. Es la primera de las casas fijas, su cúspide es el punto de arranque del símbolo del trino y ella inicia esos niveles de conciencia por los cuales nace el astroartista.
Como éste es el único signo femenino del primer cuadrante, él inicia las dos triplicidades de los trinos de tierra y de agua que abarcan las simbolizaciones de recursos y respuestas emocionales de la humanidad, su instinto de amar y su impulso de transmutar; su impulso hacia la belleza, con todas las inspiraciones y aspiraciones, visiones, sueños e ideales concomitantes a ese impulso.
El término “astro-artista” es usado para designar la parte de nuestra conciencia que “proyecta” la primera casa a regiones de identidad con la gente, no simplemente a la “comprensión de las cosas”. Toda habilidad artística es cultivada, todo servicio verdadero
proyectado y todo refinamiento realizado, desde el centro del amor. El astro-artista ve en la astrología una canalización para la liberación de sus impulsos emocionales; también, a través del conocimiento acumulado en su “etapa científica”, él expresa el deseo de armonizar y embellecer la vida humana trayendo a la gente la conciencia de las bondades y las bellezas esenciales inherentes a los grandes Principios de la Vida según son designados en la simbología.
El móvil principal de la motivación del astro-artista es la compasión, atributo básico de la conciencia femenina (la segunda casa: Tauro, regido por Venus, punto de exaltación de la Luna). El astro-artista desea ayudar, alentar, consolar, elevar e inspirar. Si él no se ha establecido firmemente en los requisitos de la “etapa científica”, su impulso de auxiliar y de expresar su sentimiento de simpatía, puede ser, hasta cierto punto impedido porque él ha dejado de entrenarse en los tecnicismos del asunto. En otras palabras, puesto que él está funcionando desde el centro del sentimiento - una motivación intensamente personal - él debe desarrollar el “lado de la forma” del asunto para que sus interpretaciones sean hechas de cuadros exactos. Por la adhesión a la sinceridad de motivación, el astro-artista evita las trampas que pueden presentarse en el camino de toda la gente cuya reacción emocional es la nota clave de su naturaleza. Este peligro latente puede ser compasión sin control por el conocimiento, falsa piedad que tiende a alejar al astro-artista de cuadros de reorientación necesitada demostrados en el mapa, y la privación de percibir como CADA INDIVIDUO PUEDE APRENDER A AYUDARSE A SI MISMO POR MEDIO DE LA COMPRENSIÓN DE SI MISMO. El astro-artista “terminado” cultiva el desapego de la implicación emocional en los problemas de su cliente; él utiliza su conciencia del Principio de Causa y Efecto según éste se manifiesta en el horóscopo y ve la Ley en operación en todo respecto. No obstante, su corazón, su mente y sus manos son extendidos a todos los que necesitan su guía; adhiriéndose a la verdad del arte astrológico, él despliega aquellas áreas trascendentes de la conciencia y la facultad por medio de las cuales nacen la intuición y la inspiración.
Tercera Casa: En esta expresión el astro-filósofo combina las cualidades de las dos primeras casas y les añade el conocimiento de la conciencia humana que lo capacita para interpretar los patrones astrológicos en sus fases más profundamente subjetivas. El tiene habilidad, una mente entrenada y una buena técnica. A esto le añade un corazón comprensivo - una conciencia que responde ardientemente a las necesidades internas de sus congéneres. A esto, a su vez, él añade una comprensión mental abarcadora del significado de los símbolos y patrones astrológicos conforme ellos representan estados de existencia, estados de relación y estados de evolución - no simplemente sucesos y sufrimientos.
Puesto que la tercera casa es polarizada en la novena, vemos que el astro-filósofo del tipo de la tercera casa es científico, artista y maestro. Su conciencia compuesta le permite que se le designe como maestro sacerdote o “astro-sacerdote”. Él es el “hermano mayor” para todos los que buscan su guía, porque él ha atravesado los patrones de experiencia de aquellos que vienen a él; él comprende porque ha realizado por medio de su propia experiencia.
Él conoce el sexo y el matrimonio porque ha destilado comprensión de sus encarnaciones como varón y como hembra; él conoce el estado de marido y el de esposa, la pasión y el sacrificio, la niñez y la paternidad o maternidad. Él sabe que lo exterior es un reflejo de lo interno y busca siempre, alinear las mentes de las personas, con esta verdad.
Debido a que él ocupa la posición de intermediario entre la ignorancia y la instrucción del hombre, el astro-sacerdote realiza la misma función en su servicio astrológico que pueda desempeñar cualquier sacerdote en una religión ceremonial; como sacerdote, él “ve el problema” desde la posición ventajosa de la sabiduría. El astro-científico conoce el efecto de las fuerzas vibratorias en individuos y grupos; el astro-sacerdote comprende la vida vibratoria de la humanidad. El científico es objetivo, el sacerdote es subjetivo; el artista puede ser lo uno o lo otro, dependiendo en cuál de las dos clasificaciones él se alinea más fuertemente. No obstante, la motivación del astro-sacerdote no es científica; él incluye ese nivel; pero sus extensiones incluyen los niveles superiores trascendentes de mente y corazón.
Los desenvolvimientos del astro-filósofo como maestro-sacerdote son muy interesantes porque la última fase de su “cruz” (los signos mutables) es la duodécima casa el final de la rueda. Como él es un compuesto de los dos primeros tipos, más otra cosa, sus estados de desarrollo envuelven pruebas y recompensas que son comparativamente mayores que aquellas de los otros dos.
El astro-sacerdote, en su “estado primitivo” es el moralista, expresión secundaria de la novena casa. Sus interpretaciones literales de principio son necesarias porque él aún no ha tenido suficiente experiencia para completar su comprensión. En este nivel, el astrosacerdote ve el mapa como la “representación del bien contra el mal”. Puesto que él mismo representa un punto de diferenciación de estos dos factores en la mente de sus clientes - y ellos son atraídos hacia él por el poder de la simpatía vibratoria - su “conciencia moral” es el punto focal de, sus interpretaciones. Él, con gran frecuencia, no puede percibir en este nivel, la “relatividad” de lo que él llama “bueno y malo” y lee en el mapa de sus clientes, sus propias normas. Él puede poseer lo mejor de los primeros dos tipos; pero su propia verdad aún no está desarrollada. La polaridad de la tercera casa es la novena y ésta, a su vez, es el resultado del cuadrante iniciado por la séptima casa y realizado por las transmutaciones de la octava casa. La comprensión resultante es lo que está representado por la novena y por eso es que el astro-filósofo, como maestro-sacerdote, se esfuerza, en su desenvolvimiento, como la puerta al cuarto cuadrante.
La tercera casa alcanza sus “florecimientos” en la séptima y undécima casas; en estos capítulos, el astro-sacerdote reconoce su paralelismo con toda la gente, a medida que su desenvolvimiento progresa por la trascendencia de la experiencia, él realiza la sabiduría del amor. Él conoce que el ser humano es una suspensión de lo cósmico en todas sus expresiones y en él mismo encuentra aquello que refleja la solución de los problemas de sus clientes. Luego vemos que la finalidad combinada del astro-filósofo es la apreciación que lo peor en su cliente ha sido lo peor suyo propio, en alguna época del pasado; lo mejor suyo es una iluminación en los rincones oscuros de las condiciones de su cliente y las reacciones a esas condiciones. Su sabiduría y su amor se vuelven insondables recursos para la reorientación de patrones humanos.

del libro " Estudios de Astrología V ", de Elman Bacher

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